El chef español Willie Orellana llegó desde Málaga, España, a las cocinas del Instituto Técnico CEFIM, La Paz, Bolivia, para enseñar a cocinar las famosas tapas españolas de una forma impecable y deliciosa en el Día Mundial de la Tapa, que se celebró el pasado 14 de junio.
El Día Mundial de la Tapa se celebró por primera vez en Bolivia por iniciativa del embajador de España en el país, Enrique Ojeda Vila, invitando a un chef de Málaga con una carrera en auge para dirigir un taller de tapas y eligiendo al CEFIM como lugar donde celebrarlo.
El chef español enseñó a hacer aperitivos deliciosos y fáciles, guiando en el arte de hacer tapas de fideos tostados con calamaritos, minikebab de gambas al pilpil, ajo blanco de pistacho con sardina ahumada y granizado de melón, atún rojo en mantequilla y albóndigas de rabo de toro.
TAPEAR
En España, se llama tapas a la porción reducida de diversos alimentos que se ofrecen a modo de aperitivo. Visitar uno o más restaurantes para comer tapas se conoce con el nombre de “ir de tapas” o “tapear”. Generalmente las tapas van acompañadas de vino.
Su origen, dicen, se debe a un edicto de un rey español que prohibió que la gente tomara vino con el estómago vacío. Para ello, antes de beber, debía servirse en la cantina un trozo de chorizo o una loncha de jamón. Entonces, en las tabernas se entregaban encima de la tapa de la bebida algo para comer. De ahí toma origen su nombre.
HUMILDAD Y TRABAJO DURO
Orellana es Premio Paul Schiff, concedido este año por la Academia Gastronómica de Málaga, por difundir, recuperar, defender y enriquecer la comida de esa provincia y como reconocimiento a su trayectoria profesional como jefe de la Taberna Uvedoble de Málaga, la más grande ciudad costera del sur de España. También este año ha recibido el Trofeo Victoria en el IV Campeonato de Málaga de Ensaladilla Rusa, celebrado en el Gourmet Experience de El Corte Inglés, disputado entre los diez mejores especialistas de este plato.
Willi Orellana, a pesar de sus premios y del éxito de su restaurante Uvedoble, afirmó que la principal cualidad del gran cocinero debe ser la humildad. La lucha por la humildad. “No pienses que eres una estrella. Los cocineros también debemos hacer el trabajo sucio, limpiar los platos como si nada”.
Resaltó la importancia de reconocer los errores si uno se equivoca, pero, eso sí, nunca bajar la calidad de la cocina o tratar de engañar al cliente. “Si hay un fallo, tienes que reconocerlo, disculparte, invitar a comer al cliente, hacer algo para que quede claro que tu intención no era engañar”.
También advirtió a los aspirantes a cocineros de que la gastronomía es un trabajo muy duro, por lo que aconsejó que “si tienes dudas, mejor dejarlo”. “Esta profesión exige mucha dedicación –aseguró-, y si no te apasiona, lo vas a pasar mal porque cuando otros estén de fiesta, tú estarás trabajando. En Navidades toda la familia estará reunida y el cocinero estará trabajando. Igual en Año Nuevo… te tiene que gustar mucho tu profesión para continuar”.
También reconoció que cuando el trabajo apasiona al aspirante a cocinero, los problemas personales se olvidan. Asimismo, que el medio laboral ofrece una oportunidad para conocer gente nueva y da independencia económica.
¿Un consejo final para hacer las tapas de forma rápida y fácil? Poner en un trozo de pan o en un taco cortado y chico lo que se haya cocinado, y acompañarlo con vino. En una despensa boliviana no debe faltar ají y huacataya, y si te gusta la cocina española, el ajo, la cebolla, el pimiento y el laurel.